jueves, 12 de julio de 2012

ARDIENTE ALBORADA


El brillo de las brasas acrecienta las llamas
Cuando su cuerpo regocija de placer y resuena en su intersticio,
Mientras tus manos graban en su piel carmesí de delicias
Promulgando fogosas citas de amor que atinan al

deseo.

Su corazón late ardiente
Y tú suspirar se profundiza
Al saber que vuestras manos se entrelazan
Y vuestra pasión se acrecienta

Su canto tenue se derrumba

Al eco inexorable de vuestro apogeo
Mientras socabas el interior horadando
Con sublimes aromas y pulcros movimientos
Que yacen en deleite y admiración

Álgidas palpitaciones se retuercen en el lecho del esplendor,
Los lienzos acarician los apasionados entes y
Lo confinan avivando el estruendo enmarañado de sus mustios
Cuerpos sofocados a las brazas ineludibles del regodeo.

Platica de miradas, desnudos del alma, tentaciones tangibles
Y venenos bebibles son reflejos apasionantes de una lucha
Paralela por la complacencia.

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