domingo, 12 de febrero de 2012

LIBERTAD


Ya no será como en el especulo del pasado donde declinaba a la nada y me perdía a mí misma, hoy será diferente pues lo veo en mi esencia; he decidido liberarme del caos que me oprimía y me mantenía cautiva a la aberración. Hoy esparzo las cenizas del pasado al mar del olvido y con ello vuelvo a la vida.

jueves, 2 de febrero de 2012

LAS MIGAJAS DE LA PESADUMBRE

El delirio de la inexactitud no es la trivial realidad que se asemeja a lo desconocido es el martirio a la falta remanente de la realidad, a lo incapaz de reconocer con nuestros sentidos,  La pesadumbre de lo llano y lo absoluto, el evitar mirar tras la pintura y encontrar el motivo celestial que nos invade y a la vez nos aniquile pues este tiene la respuesta que no aceptamos.

Los remanentes estribillos que escuchamos en lo más hondo de lo imposible nos rodea y decora nuestra realidad, pero nosotros atentos a la nada nos rendimos a lo inevitable impidiendo de esta manera escuchar pues somos ciegos a las notas y en vez de ello lo magnificamos para poder escuchar los mejores cantares, sinfonías y arreglos perfectamente enfocados… nos mentimos a cada instante, nos revolcamos a lo fingido y nos ensuciamos en la pestilencia de lo banal.

La nada hoy no tiene un sabor dulce ni amargo, no tiene colores ni sonidos… hoy no tiene nada pues la realidad ensordecedora ha descendido la algarabía de la falsedad para quizás esta vez darse cuenta o mejor dicho analizar y entender que las migajas de la nada no son más que nada, que las canciones eran inventada para cubrir las necesidades infrahumanas y desolar la existencia. La nada hoy no tiene gusto, sabor ni forma; es más bien el bribón marchito que se presenta para mirarnos fijamente y llevarnos a la escoria metódica, al limbo de lo perdido y dejarnos presos de sus encantos. La nada nos demuestra los mustios sentidos al tacto que la guillotina nos ofrece y recapacitar que hoy no habrá fin ni eternidad, que la desolación no se convierte en derrota y la gloria no es eterna, las decisiones son pequeñas ante la grandeza de la plenitud que nos espera el mañana.

El decoro no es la bajeza que se aliviana con el marchito estruendo del alma es más bien la algarabía que dejamos atrás, los resbalones del ayer son la claridad  del amanecer y por ello son inevitablemente afrodisiacos pues van a deleitar a nuestro ser para estar atentos a que lo semejante sea cautivo en el lóbrego territorio de los yacidos.

Yacer en inexactitudes es el tropiezo del rumbo de la vida y por ende no lo es todo, es la antesala que nos brinda la expectativa de claudicar o recopilar la enseñanza marcada al alama, los telones sólo caen cuando estamos listo para la partida de lo inevitable, cuando buscamos salidas y no queremos encontrar la búsqueda de nuestra esencia, torcido y mal herido no es lo suficientemente basto para resquebrajar la piedra, la lentitud del elemento más abundante en cambio sí lo es, sólo si lo permitimos.

El sondeo de la necedad hoy florece en la intempestiva realidad y lo bañado todo de dulces fragancias, colores y sonidos paradisiacos.